A mí me costó muchas noches de vigilia saber qué es la fe católica y también otras cosas. En gran parte mi decisión de leer viene de ahí.
Todo pensar, todo imaginar, recordar y prever es ensueño, y esto ocupa parte principal de la vigilia, en tanto que en el dormir nada hay de vigilia y sí de ensueño, y en muchos instantes de la vigilia caemos en el soñar vivaz en que imaginamos, actuamos y sentimos con la intensidad del ensueño en el dormir.
Lo que decían le parecía absurdo, pero pensó que estarían inmersas en una discusión trasnochada y mil veces repetida, cómoda como un viejo sillón, de esas discusiones que ni se ganan ni se pierden, y que pueden durar eternamente si así lo desean ambas partes.
Finalmente, se hará constar que el propio sol es el centro del universo. Todo esto ha sido propuesto por la sistemática procesión de los acontecimientos y la armonía de todo el universo, aunque sólo nos enfrentamos a los hechos, como ellos dicen, con ambos ojos abiertos
Habían muchos que iban apiñados en procesión no sabían adónde; pero, en cualquier caso, el éxito o la calamidad los esperaría a todos en igualdad.
En romería de bizkaínos rara vez ocurren riñas, y si acaso se inicia alguna reyerta, oiréis sanar una media docena de puñetazos y todo ha concluido; asistid a una romería española y sino veis brillar la traidora navaja y enrojecerse en el suelo, seguros podéis estar de que aquél día el sol ha salido por el Oeste.
Solo lo absoluto merece el acompañamiento de la eternidad.
La percepción es el proceso mediante el cual el espíritu completa una impresión de los sentidos, con un acompañamiento de imágenes.
Su oficio era vender palabras. Recorría el país, desde las regiones más altas y frías hasta las costas calientes, instalándose en las ferias y en los mercados, donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo, bajo el cual se protegía del sol y de la lluvia para atender a su clientela.
Sólo puede ser justo quien es capaz de ponerse en el lugar de otros. -- Los Aforismos, #26 (del toldo en el Study House, Prieuré).
El tiempo descubre a los que tienen la moral en piezas, para mostrarla, aunque de su paño jamás corten un traje para cubrir su mediocridad.
Por la calle pasa un obrero. ¡Qué firme va! No tiene blusa. En el cuento, en el drama, en el discurso político, el dolor del obrero está en su blusa azul, de paño grueso, en las manos gruesas, en los pies enormes, en los desconsuelos enormes.
Me voy a divertir mucho hasta en el velorio