El comerciante no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. Mejora o simplifica su mercancía, sino que se degrada y simplifica al cliente.
Cualquier consumidor inteligente sabe lo que significa una garantía: que, pase lo que pase, no está cubierto.
El secreto de un buen vendedor reside en el delicado arte de conseguir que el cliente acepte hacer las cosas a tu manera
Hace años me presentaron la satisfacción del cliente como un criterio de calidad y me pareció ridículo. Es algo que se puede conseguir de muchas maneras. Por ejemplo, al no educar a los cliente, diciéndoles que no puede hacerse algo mejor.
El ocupante no comprende. El fin del racismo comienza con una repentina incomprensión. La cultura espasmódica y rígida del ocupante, liberada, se abre al fin a la cultura del pueblo vuelto realmente fraterno. Las dos culturas pueden confrontarse, enriquecerse.
Le mostró al mundo cómo vencer las circunstancias adversas, qué hacer contra las superpotencias. Demostró, y aquí es donde entran Vietnam e Irak, que en una guerra entre un ocupante imperialista y el pueblo que realmente vive ahí, el pueblo será quien finalmente gane. Conocen el terreno. Se juegan mucho más. No tienen ningún otro lugar adonde ir.