Es curioso -dice Luder- En el fondo de los ojos de las personas extremadamente bellas hay siempre un remanente de imbecibilidad.
El sistema no ha previsto esta pequeña molestia: lo que sobra es gente. (...) El sistema vomita hombres. Las misiones norteamericanas en América Latina esterilizan masivamente mujeres y siembran píldoras, diafragmas, espirales, preservativos y almanaques marcados, pero cosechan niños.
-¡Felíz tú! Yo creo que no hay tiempo para nada; yo creo que si el tiempo sobra es porque, como es tan poco, no sabemos que hacer con él. Nati frunció graciosamente la nariz. -¡Ay, Marco, hijo! ¡No empieces a colarme frases profundas! Martín se rió.
Y me pregunto ¿Porqué elegir lo que sé que me hace mal? Quizá porque por algún lado me hace bien. El punto creo que es no llegar a los extremos, ahora, ¿Dónde están los extremos? Supongo que depende para quién, para algunos están más cerca para algunos otros están más lejos. ¿Cuándo algo es exceso y cuándo no? También supongo que depende para quién y qué.
Dificilmente yerra un hombre por exceso de moderación.
El diálogo con las masas no es una concesión, ni un regalo, ni mucho menos una táctica que deba ser utilizada para dominar, como lo es por ejemplo la esloganización. El diálogo como encuentro de los hombres para la pronunciación del mundo es una condición fundamental para su verdadera humanización.
Para mí un objeto es algo que vive. Estos cigarrillos o fósforos de esta caja contienen un secreto de la vida mucho más intenso que la de ciertos seres humanos.
Yo siempre había estado convencida de que no ocupaba un espacio demasiado grande en el mundo. Cuando alguien se va, todos, tarde o temprano, acaban por acostumbrarse. Eso es así, sin duda alguna. Pero cuando me imaginaba a las personas a las que yo amaba viviendo en un mundo sin mí, se me saltaban las lágrimas.
Era demasiado tarde para reencontrarnos. Lo comprendimos desde la primera mirada. Ya no había nada que reencontrar (El amante).
El ahorro excesivo declina rápidamente hacia la tacañería, cayendo en la exageración de reputar superfluo hasta lo necesario
Nada resulta excesivo para recomendar al auditorio musical esta obra, esencialmente artística, que ha sido acertadamente considerada una de las más bellas del siglo que ha visto nacer a este desgraciado gentilhombre.
Los dichos injuriosos parece que nacen de sobrado rencor y sobrada malicia.
El de en medio de los Run DMC, se me ha aparecido en sueños, dice que mi estilo es fucking, que voy sobrado de ingenio, que siempre voy ebrio, que soy puro nervio, que soy preciso como un francotirador serbio, que escupo al ario, que tengo criterio, que soy la resistencia rebelde frente al imperio, que organice el asedio con micros y technics, que traje revolución como Immortal Technique.
En un caso de cien, un asunto se discute porque es oscuro, en los noventa y nueve restante es oscuro porque se discute excesivamente
El ahorro excesivo declina rápidamente hacia la tacañería, cayendo en la exageración de reputar superfluo hasta lo necesario
Considero superfluo querer describir los escepcionales méritos del Sr. Bach, ya que su fama es conocida, tanto en Alemania como en nuestra querida Italia. Sólo quiero decir que sería difícil encontrar un mejor profesor. Hoy en día él podría presumir con razón de que es el mejor de toda Europa.
La diferencia entre un hombre inteligente y un tonto radica en que el inteligente se repone fácilmente de sus fracasos, mientras que el tonto jamás logra reponerse de sus éxitos.
El hombre, a diferencia de cualquier cosa orgánica o inorgánica del universo, crece más alla de su trabajo, sube a las estrellas de sus conceptos, y emerge al frente de sus logros.
Todos esos oportunistas que se llaman socialistas pueden irse. ¿Son acaso algo más que un desecho que la historia arrojará al cesto de la basura?