Frank Sinatra tenía algo en su voz que solo he oído en otras dos personas: Judy Garland y María Callas. Una calidad que me lleva a desear llorar de felicidad, como un atardecer hermoso o un coro de niños cantando villancicos.
En una línea el mundo se une, con una línea el mundo se divide, dibujar es hermoso y tremendo.
Galatea lo diga, salteada. Más agradable, menos zahareña, al mancebo levanta venturoso, dulce ya concediéndole y risueña paces no al sueño, treguas sí al reposo, lo cóncavo hacia de una peña a un fresco sitial dosel umbroso, y verdes celosías unas hiedras, trepando troncos y abrazando piedras.
Aldea perdida acostumbrados a su miseria ellos toman el fresco por la noche.
No son las grandes desgracias las que crean la desgracia, ni las grandes felicidades las que hacen la felicidad, sino el tejido fino e imperceptible de mil circunstancias banales, de mil detalles tenues que componen toda una vida de paz radiante o de agitación infernal.
Tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte, o sea, resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa
Existe la expectativa de que una generación joven tiene la oportunidad de redimir los crímenes y fracasos de sus mayores y tendría la fuerza y el idealismo de hacerlo.
Todos los días miro los obituarios de los periódicos y me fijo sobre todo en la edad del muerto. La mayoría es más joven que yo. Me asusto y pienso: a lo mejor se han olvidado de mí.
Las ideas no tienen importancia alguna. Las ideas son el uniforme vistoso que se les pone a los sentimientos y a los instintos. Una costumbre indica mucho más el carácter de un pueblo que una idea.
El dolor es más llamativo que la felicidad
Antes de todo yo me siento hijo de Dios... Hoy creo que todo es importante, pero como un bonito juego tiene una importancia y un valor relativo, seguramente no absoluto como la conversión.
Felices aquellos que han sabido presentar, El grado bonito que conquista a las mujeres, Por esa razón yo me voy a desterrar
Con el verdadero maestro el discípulo aprende a aprender, no a recordar y obedecer. La relación con el lúcido no moldea sino que libera
No habléis de las locuras del amor. ¡No! El amor es lúcido y sereno. El amor no mata. Lo bello, lo fuerte, no conduce jamás al asesinato. Los fuertes mueren tal vez, pero no matan.
Soy un negro, ¡y me regocijo por ello! Estoy orgulloso de la sangre negra que corre por mis venas. He venido aquí por los recuerdos queridos de mi niñez. No para posar como un crítico, sino para unirme a mi gente.
Estoy orgulloso de mis amigos. Tendré enemigos, pero los aparto rápido. Me encanta tomar un culín con cualquiera, a mí en Gijón me conocen hasta las ratas
Yo nunca estoy satisfecho con nada, soy un perfeccionista, es parte de lo que soy
Por muchas riquezas que un hombre posea y por grandes que sean la salud y las comodidades de las que disfrute, no se siente satisfecho si no cuenta con la estimación de los demás.
Muchos habrián podido llegar a la sabiduría si no se hubiesen creido ya suficientemente sabios.
El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído sino también creído
La mayor virtud de un buen marinero es una saludable incertidumbre.
La misión más importante para un director japonés es desarrollar una relación saludable con sus empleados, para crear una sensación de familiaridad dentro de la corporación, la sensación de que empleados y directivos comparten el mismo destino
Incluso mis propias experiencias terribles en el castillo de Drácula parecen ser como una pesadilla que se hubiese presentado hace mucho tiempo y que estuviera casi completamente olvidada, aquí, en medio del aire fresco del otoño y bajo la luz brillante del sol...
¡Brotes en el otoño! Tan fresco como la cara de una mujer enamorada.
Ha visto que el reino de este mundo está lleno de poder, belleza, guerra, una radiante corteza que se levanta rodeando fuegos centrales, entretejidos con los cielos que han descendido. Los hombres, declarando que los inspira, actúan llenos de gozo en la superficie terrestre, teniendo los más agradables torneos con otros hombres, felices, no porque son varoniles sino porque están vivos.
Me pregunto chica bella, radiante como la rosa, si eres mujer o eres diosa, lucero o brillante estrella.
Las ideas no tienen importancia alguna. Las ideas son el uniforme vistoso que se les pone a los sentimientos y a los instintos. Una costumbre indica mucho más el carácter de un pueblo que una idea.
El dolor es más llamativo que la felicidad
Que bonito es amar, que bonito es querer, pero aún es más bonito cuando se sabe corresponder.
Me encantan los premios. Y si se inventan uno para el tío que mejor ponga el termómetro, pues también quiero que sea mío, hombre. Los premios son el reconocimiento de algo que has hecho bien, y eso es bonito
El Maestro Azato no sólo no era superado en todo Okinawa en el arte del karate sino también sobresalía en equitación, en esgrima japonesa (Kendo) y en arquería. Él fue, más bien, un brillante erudito. Fue mi buena suerte que me prestara su atención y que recibiese mi primera instrucción en karate en tan extraordinarias manos.
Cuanta más luz haya en nosotros, más brillante será el mundo en que vivimos.
Estoy orgulloso por haber tenido en la vida, como faro brillante y director, a la corona de laurel del gran Trajano y al sublime sacrificio del Rey Dacio.
No sólo son los seres humanos los que son más felices cuando hacen las cosas lo mejor que saben. Todo organismo tiende hacia la autorrealización. Cuando los perros pastores cuidan el ganado es cuando son más felices; en ese momento cambia toda su conducta: se centran y están alerta, tienen un aire orgulloso y se mueven con gracia y finalidad.
Hice una alianza con Dios: que El no me mande visiones, ni sueños, ni siquiera ángeles. Estoy satisfecho con el don de las Escrituras Sagradas, que me dan instrucción abundante y todo lo que preciso conocer tanto para esta vida cuanto para lo que ha de venir.
La pasión de venganza, que en parte la había estimulado para la comisión de aquel acto atroz, murió en el mismo momento en que fue satisfecho y la dejó con los horrores de la piedad insuperable y del remordimiento.
Ser español y lúcido aparejó siempre una seca soledad.
Con el verdadero maestro el discípulo aprende a aprender, no a recordar y obedecer. La relación con el lúcido no moldea sino que libera