La existencia del capitalismo sin opresión nacional es tan inconcebible como la existencia del socialismo sin la emancipación de las naciones oprimidas, sin la libertad nacional.
Sabía que nuestro respetable capitán, que sentía una preocupación tan paternal por el bienestar de su tripulación, no aceptarla gustosamente que uno de sus mejores hombres enfrentase los peligros de un viaje entre los nativos de una isla salvaje.