Un buen educador que no impone sino libera, que no tira de nadie sino levanta, que no apisona mas forma, que no dicta sino enseña, que no exige sino pregunta, vivirá con los niños muchos instantes inspiradores.
El mejor regalo que un educador puede dar es conseguir que alguien se convierta en auto didacta.
Creo que la novedad fue que no tenían ningún carácter docente ni moralista ni eran aplicadas al programa escolar. Era un concepto revolucionario el pensar que la versificación no tenía porque tener un contenido didáctico.
La falta de ostentación es fundamental en todo hombre que quiera ejercitar una acción docente de cualquier finalidad... para ser útil hay que ser austero, desinteresado y modesto...
Entre cada punto del cuerpo social, entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos; son más bien el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad de su funcionamiento.
No creas en el maestro que te enseña teorias sobre la mente, el cuerpo y el espíritu; cree en el maestro que a través de sus manifestaciones permanentes de vida te demuestra que la mente, el alma y el espíritu existen.
Cada soldado y cada policía será un pedagogo para persuadir al ciudadano a fin de que coopere con la Fuerza Pública
El director me dijo que tenía que convertirme en un modelo para los estudiantes y que debía, por tanto, comportarme en consonancia. También me dijo que un verdadero pedagogo es aquel que no solo imparte conocimientos sino que ejerce una influencia moral positiva en sus alumnos.
El tiempo es la mejor manera de comprobar quién es el instructor más sabio y paciente
Nos cuenta Sexto Empírico que Epicuro, siendo niño, mientras leía con su preceptor estos versos de Hesíodo: El más antiguo de los seres, el caos, surgió primero; luego, la inmensa tierra, asiento de todo.
Un catedrático debería ofrecer a su auditorio la indiscutible impresión de que ha puesto en juego todas sus energías para procurarle enseñanzas y gozo.
El Campanil, cortándose sobre los oscuros pinares y en el luminoso raso del firmamento, es bello. Será siempre bello. Va a ser el símbolo universitario por excelencia, signo de rectitud y elevación, columna que difundirá en las almas goce, placidez y serenidad, flecha que apunta a la altura, como la filosofía, donde más allá de las nubes que amedrentan, triunfa la claridad celeste
El dirigente político universitario tendrá más autoridad moral, si acaso es también un buen estudiante universitario