Si sintiera deseos de volarme los sesos, trabajaría en una mina de carbón o me haría ́paparazzi ́. Esta vida es jodidamente bella y no me volaré la cabeza por cualquiera: preferiría que alguien lo hiciera por mí.
Lo que me gusta en un relato no es directamente su contenido ni su estructura sino más bien las rasgaduras que le impongo a su bella envoltura: corro, salto, levanto la cabeza y vuelvo a sumergirme. Nada que ver con el profundo desgarramiento que el texto de goce imprime al lenguaje mismo y no a la simple temporalidad de su lectura.
Al llevar al lado una mujer linda los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos
Concentrado le miraba a los ojos, él sonreía como si la locura de un regocijo le ensanchara el alma, a momentos empalidecía; bebió dos vasos de cerveza uno tras otro, enjugóse los labios con el dorso de la mano y dijo con una voz que no parecía suya: ¡Es linda vida! Sí, la vida es linda.