No hay nadie a quien seguir, nada que imitar
Las nacientes élites capitalistas no pretendían destruir a los aristócratas, sino unirse a ellos y para esto no tenían más remedio que imitar los cánones de consumo aristocráticos.
Es empresa vana tratar de ridiculizar a un necio rico: las carcajadas están de su parte.
He aprendido a nunca ridiculizar la opinión de cualquier hombre, por extraña que pueda parecer.