Durante la guerra, dice Jenofonte, los lacedemonios elevaban siempre sus plegarias a la mañana muy temprano, para anticiparse a sus enemigos y comprometer así a los dioses en favor suyo, por ser los primeros solicitantes.
La confianza debería ser más que cualquier expectativa y anticiparse al futuro como certeza.
Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino
Así, soltamos el timón al que tan largo tiempo nos habíamos aferrado y la barca frágil en la que flotábamos pareció, una vez libre de todo gobierno, apresurarse y encarar la proa hacia el oscuro abismo de las olas.
El que llega primero al campo de batalla espera la llegada del enemigo fresco para combatir. Quien llega tarde al campo de batalla tiene que apresurarse y arriba exhausto al combata.
Quién es culpable, quién responderá por ello... Hay que reflexionar, no hay que darse prisa en contestar
El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para ganar tiempo o para pasar el tiempo, se apoderan del tiempo.
Como es imposible tener largos períodos de descanso y adiestramiento, la única salida es tratar de eludir, si tal cosa es posible, ciertos combates y así ganar tiempo para el adiestramiento.
La confianza debería ser más que cualquier expectativa y anticiparse al futuro como certeza.
Nunca hay que anticiparse al resultado, por que entonces no verán el verdadero significado de lo que ocurre y no podrán recibir la emoción de lo inesperado
Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino