Cuando asiento mis pies en tierra firme no me los hace menear ni un terremoto.
El día afortunado es como un día de cosecha; en cuanto el trigo está en sazón, hay que apresurarse a recogerlo.
El que llega primero al campo de batalla espera la llegada del enemigo fresco para combatir. Quien llega tarde al campo de batalla tiene que apresurarse y arriba exhausto al combata.
...el varón prudente y bueno todo le pone en abreviar la plática.