Siempre que leo cartas de fans de algún lugar lejano, lloro con lágrimas de alegría. Me llena el corazón y me hace decir: A partir de mañana viviré mi vida al máximo.
Busco formas en las nubes, desde pequeña. Y llueve es la respuesta que encontré a la forma que toman cuando la tristeza nos cala hasta los huesos. Veo en ellas el alma de los que quise y se han ido. Saberlos ahí, me reconforta. Cuando llueve..., lloran por lo mismo que lloro yo.
El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.
Mejor aplicar el llanto siempre que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría.
¿A quién le debo la disculpa más grande? Nadie ha sido más cruel conmigo que yo. Lo lamento por mí. Mis disculpas empiezan en mí antes que a todos. Lo lamento por mí. Por tratarme peor que a cualquier otro. (Sorry To Myself - 2002).
Lo único que lamento es que con mis 69 años no pueda ver los próximos cuarenta años de funcionamiento de la compañía
La amistad repugna la pobreza y el dolor, como la planta la oscuridad y el aire enrarecido. Si deseas conservar amigos, ocúltales tus penurias y pesadumbres
El tiempo amortigua las pesadumbres y las desavenencias, porque en él cambiamos y nos convertimos en cierto modo en otras personas.
7 Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. 8 Todas estas cosas son principio de dolores de angustia.
Dichoso reino cuyo rey sabe llorar y enternecerse; se escandalicen los bravos, que el Rey de reyes sabemos que lloró y nos hizo venturosos en sus lágrimas y en sus dolores
Un hombre acostumbrado a las adversidades no es fácilmente sorprendido.
Nos hemos hecho más fuertes después de esos altibajos y, al final, nos hemos sobrepuesto a las adversidades
Así los dioses son criaturas de la imaginación, pero de una imaginación encendida por la sensación del hombre a su dependencia, de sus aflicciones y de su egoísmo; son criaturas no solamente de la imaginación sino también de la emoción, especialmente de las emociones de la esperanza y del miedo.
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.
Somos anarquistas por un sentimiento que es la fuerza motriz de todos los verdaderos reformadores sociales y sin el cual nuestro anarquismo sería una mentira o un sin sentido. Este sentimiento es el amor por los hombres, es el hecho de sufrir por los sufrimientos ajenos
No existe error más absurdo y, no obstante, más arraigado en el corazón humano, que el de creer que los sufrimientos favorecen la salvación espiritual.