Cuando una vida se vuelve impensable o cuando un pueblo entero se convierte en impensable, hacer la guerra resulta más fácil. Los marcos que presentan y sitúan en primer plano las vidas por las que es posible llevar duelo funcionan para excluir otras vidas como merecedoras del dolor.
Soy la pesadilla de quienes quieren raperos borregos, el duelo del pueblo por presos a los que quiero, incorruptible cual bolchevique furioso, no puedo estar triste por la escoria que no soy. Me tatuaron en la boca kale borroka, mis ilusiones con la decadencia global chocan; el capitalismo está tan metido en las mentes, que será un proceso lento desgraciadamente
Me habló de cómo un hombre, un hombre de verdad, no tiene que permitir que la pena lo aniquile. Me repitió una y otra vez que estaba seguro de que el tiempo la suavizaría. Me lo repitió tanto, que me di cuenta de que estaba vencido.
Para pedir limosna hay que ir limpio, pero maltrazado. El pobre que va decentemente no causa pena y el que va sucio da asco. Hasta la compasión se ha de inspirar con mesura
Se les dice a los cristianos, no solamente que no se depriman ante sus sufrimientos sino que se alegren. Más aún, que se alegren no sólo porque la aflicción sea una disciplina que conduce a un bien futuro, sino porque es un privilegio presente, el privilegio de ser hechos semejantes a Cristo (1829, Sermones no publicados, Vol II, 26, p.197).
¡Oh, todo esto puede ser útil para mostrar que, aunque los viciosos pueden a veces llevar la aflicción a los buenos, su poder es transitorio y su castigo cierto; y que el inocente, aunque oprimido por la injusticia, apoyado por la paciencia, podrá triunfar finalmente sobre la desgracia!
Mi época oscura ha sido la de más dolor profesional, como cuando me separé de un grupo exitoso como Los Chicos para convertirme en solista y aunque tenía el apoyo de mi familia y la gente que creía en mí, si fue doloroso.
Su sentencia, sin embargo, le tenía reservado mayor despecho, porque el doble pensamiento de la felicidad perdida y de un dolor perpetuo le atormentaba sin tregua.
Vio que se perdía de vez en cuando en el laberinto y, a pesar de ello, no perdía la confianza en que iba a encontrar un queso nuevo ahí afuera, junto con todas las cosas buenas que lo acompañaban. Así consiguió reunir valor.
A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición. Por ejemplo esta extraña convicción de que todas las historias que en la vida ocurren tienen además un sentido, significan algo. Que la vida, con su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos devela gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver.