Perseguiremos a los terroristas por todas partes. Y, si —perdonen la expresión— los pillamos en el lavabo, los liquidaremos en el mismo retrete
El gazpacho se condimenta con sal, pimienta, perejil y tomate... y luego se tira por el váter
Es lo que sé de la crueldad de la paciencia. No hay paciencia más terrible que la paciencia de las trastornadas. He visto a dementes afanarse en tareas interminables: trasvasar arena de una taza perforada a otra, contar las puntadas de un vestido raído o las motas en un rayo de sol, rellenar con las sumas resultantes libros invisibles de contabilidad.
Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.
En Arte ya no es necesario hacer una cuenta del pasado de sensaciones. Puede convertirse en la organización directa de sensaciones más evolucionadas. Se trata de una cuestión de producir nosotros mismos, no las cosas que nos esclavizan.
No es necesario sembrar las malas hierbas, se siembran ellas mismas bastante fácilmente.
Me cagué encima de una sudadera. Quería ir al water y se me olvidó que
Me cagué encima de una sudadera. Quería ir al water y se me olvidó que
Voy a tomar un baño antes de salir y me perfumaré con un perfume que es un secreto mío. Sólo digo una cosa de él: es agreste y un poco áspero, con una dulzura escondida. Él es.
Cuando me despierto, voy a tropezones hasta el cuarto de baño y bebo grandes tragos de agua del grifo hasta que no puedo beber más. Me quito mis ropas sudorosas y me derrumbo de nuevo sobre la cama, desnuda, y de alguna forma vuelvo a encontrar el sueño.
Para mí, la política no es más que la búsqueda del poder privado por parte de determinados individuos. Pueden disfrazarlo con cualquier ideología, ponerlo en los términos de las boludeces románticas o filosóficas que quieran, pero en esencia es una búsqueda privada del poder.
El hombre desea esperar siempre. También cuando se convence de ser privado de la esperanza.