Tuve que luchar contra mí misma para no caer en esa anticipación del desamparo y de la desdicha, para volver a ejecutar actos cotidianos, saber que aún vivías y estarías pronto de vuelta en el Jardín Azul.
Usted aprende y usa lo aprendido para volverse lentamente sabio para saber que al fin el mundo es esto en su mejor momento una nostalgia en su peor momento un desamparo y siempre siempre un lío...entonces usted muere
Un hombre sin subconsciente no es el compañero ideal. Se esconde la mayor parte de su vida en la oscuridad de algunos de sus propios pensamientos ocultos, y surge sólo para insultar, burlarse y aumentar la miseria de una miserable hora.
Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres
Es una gran riqueza para el hombre vivir parcamente y con ánimo sereno, porque así no tendrá jamás penuria del poco
Y yo pregunto a los economistas políticos, a los moralistas, si han calculado el número de individuos que es necesario condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infancia, a la ignorancia crapulosa, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico
Todo acto de fuerza física o verbal, coerción o privación amenazadora para la vida, dirigida al individuo mujer o niña, que cause daño físico o psicológico, humillación o privación arbitraria de la libertad y que perpetúe la subordinación femenina
Bien vale la pena sufrir contratiempos y penalidades - en mi caso, desconocimiento de derecho legítimo y privación del goce de la Patria- si al cabo de ello, un buen día nos sale un rasgo de nobleza humana que nos restituya la fe que hayamos perdido.
Las Órdenes religiosas no pueden ser asociaciones, porque para ello falta causa lícita. Y no lo es la mendicidad ni la vagancia.
El mejor medio de socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirlas y atenderlas en su origen, y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que se busque su subsistencia
Ser humano exige ver lo perecedero y el mismo perecimiento como elementos de nuestra propia condición.