El lenguaje es lo más intrascendente, superficial e inestable, y su encanto se desvanece por completo cuando se advierte la intención en su manejo.
No me sorprende que la figura del anciano caballero resulte imponente, Goethe no es mucho más alto que papá, pero su aspecto, su lenguaje y su nombre son imponentes. Su pelo no es del todo blanco, su paso es firme y sus maneras suaves, pero la fuerza de su voz es maravillosa y puede gritar como diez mil guerreros.
El mundo académico avanzaba hacia un conocimiento cada vez más especializado, expresado mediante una jerga cada vez más opaca.
A la opinión común no le gusta el lenguaje de los intelectuales. De este modo, a menudo quedó fichado bajo la acusación de emplear una jerga intelectualista. Se sentía entonces objeto de una suerte de racismo: querían excluir su lenguaje, es decir, su cuerpo: no hablas como yo, por tanto, te excluyo.
Es prácticamente imposible enseñar programación correctamente a estudiantes que han estado expuestos al lenguaje BASIC con anterioridad. Como potenciales programadores, tienen la mente mutilada sin esperanza alguna de regeneración
Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito.