Yo he hecho casi de todo en televisión y en radio, pero presentar un informativo de una hora en directo va a ser como pilotar un Jumbo sin tener hora de vuelo.
Un día, volvió, el celoso, de improviso. Se la encontró, a la guapiña, de palabrita arriba de dos caballeros; fue tan su conmoción, que sacó el revolver y disparó primero a ella y después a sí mismo, una bala en plena boca. Murieron abrazados. — Hacía un cuarto de hora apenas que había salido.