Ya hemos llegado al punto de considerar nuestros bienes como artículos desechables. ¿Hemos transformado de igual modo la forma de ver a nuestros semejantes? ¿Hemos dejado de valorar también, durante este proceso, la singularidad que poseemos todos?
Pero es la fragilidad lo que da su encanto a la mujer. No me interesan las mujeres que insisten en valorar su inteligencia. Prefiero una que sea dócil, tal vez porque yo mismo no soy demasiado ingenioso ni estoy demasiado seguro de mí mismo...
Una buena forma como podemos valuar nuestro desempeño en este mundo es preguntándonos qué tanto estamos siendo para los demás un beneficio.
La riqueza invertida es capital, una magnitud pecuniaria medida en términos de valor y determinada con respecto a su magnitud que proviene de estimar la ganancia esperada de la propiedad de esta riqueza invertida.
¿Acaso no distinguís entre la devoción y la hipocresía? ¿Queréis tratarlas a ambas con igual idioma y rendir el mismo honor a la máscara que al rostro, igualar el artificio a la sinceridad, confundir las apariencias con las verdades, estimar al fantasma como, a la persona y a la moneda falsa como a la buena?
Cuatro características corresponden al juez: escuchar de manera cortés,responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.
Mackenna no entendía palabra de artillería; aseguro sin ponderar que un sargento sabía más que él, porque podría distinguir la cureña del cañon. No quiero pasar en silencio las disposiciones de Mackenna, conozcamos de todos modos su pobre cabeza y no creamos en lo futuro que son grandes hombres todos los que hablan inglés.
Hay que redefinir los criterios que utilizamos para valorar los costes de todo tipo: sociales, medioambientales, humanos, estéticos y culturales, además de económicos.
Quizá haya sido el instinto el que, en razón de la ciencia, pero de una muy diferente a la actual, me haya hecho apreciar más una ciencia que sea el non plus ultra de las demás: la ciencia de valorar la libertad por sobre toda otra cosa. ¡La libertad! Sí, la libertad, tal como nos es posible actualmente, es una planta bien endeble; pero de todos modos libertad, de todos modos un patrimonio
La ciencia no es sino una perversión de sí misma a menos que tenga como objetivo final el mejoramiento de la humanidad
En principio el fin de la guerra, es mantener a la sociedad al borde de la hambruna. La guerra la hace el grupo dirigente contra sus propios sujetos y su objetivo no es la victoria, si no mantener la propia estructura social intacta.
Todo el mundo quiere juzgar a los otros de manera subjetiva. Ese método tan simple de aplicar criterios ajenos para calificar a la gente está en desuso, es como un libro enmohecido.
Un periodo culminante, aunque sus efectos no puedan ser percibidos por entero hoy... Los historiadores futuros que investiguen 1962 pueden perfectamente calificar este año de aquel en que la marea empezó a retroceder
Tan lejos se estaba, en aquellos tiempos, de considerar impío a quien concibiera el origen del mundo sin la intervención divina, que Tales, Anaxímenes, Heráclito y otros, que abrazaron este sistema cosmogónico, no suscitaron objecciones, al par que Anaxágoras, sin duda el primer monoteísta entre los filósofos, fue quizás el primero a quien se acusó alguna vez de ateísmo.
Nadie piensa ni cree que sean verdad las cosas que pretende considerar como indiscutibles.
Elegir es criticar y criticar es definir, a priori, en los términos más generales que es posible, la naturaleza esencial de lo que se trata de tal manera que es esta definición a priori la circunstancia, providencial puede decirse, a partir de la cual esa crítica es posible.
Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.
Pero cuando aprendes a programar una computadora casi nunca obtienes lo que quieres la primera vez. Aprender a ser un maestro programador es aprender a ser diestro en localizar y corregir bugs, las partes que evitan que el programa funcione. La pregunta que debe hacerse sobre un programa no es si está bien o está mal, sino si es que éste puede ser corregido.
Y la miseria, impide que el pueblo boliviano celebre su aniversario patrio, porque mientras los Patiño, Aramayo, Hoschild, tienen dóciles servidores en los gobiernos que se apresuran a corregir las pocas conquistas sociales, el pueblo no tiene representantes ni mandatarios que se interesen por darles leyes de trabajo más humanitarias y más justas.