La verdad no es un hecho más en el mundo de los hechos: es un hecho distinto, que nos permite rebelarnos contra el mundo de los hechos; y es, además, el hecho único que permite esa rebelión. La acción exitosa (dicen los budistas) depende del recto conocimiento; y la lógica, por ser la ciencia del recto conocimiento, es el fundamento de esa acción.
El hacer una cosa injusta era malo, el hacer lo justo cuando no hay peligro, cosa muy común, pero que lo propio de un hombre recto y bueno era hacer lo justo a pesar del peligro
La condición del indígena puede mejorar de dos maneras: o el corazón de los opresores se conduele al extremo de reconocer el derecho de los oprimidos, o el ánimo de los oprimidos adquiere la virilidad suficiente para escarmentar a los opresores.
¿Es la libertad algo más que el derecho a vivir como se desee? Nada más
Merecer la vida es erguirse vertical más allá del mal, de las caídas. Es igual que darle a la verdad y a nuestra propia libertad la bienvenida.
Me cuesta bajar el poema del aire, allí donde me hundo con el plumaje vertical de las palabras. Rozando el infierno y el invierno el poema es un dios de pies ligeros apaleado por las estrellas.
He visto a un gerente empinado en un árbol. Cada rama temblaba bajo la carga de responsabilidad.
Hay que limpiar la mente de prejuicios y de imágenes ajenas hacer el firme propósito de ver y juzgar por nosotros mismos, como si el objeto hubiera sido creado expresamente para regalo y deleite de nuestro intelecto.
Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos.
Cuadro es la Pampa en que el afán se encierra de gaucho, erguido en actitud briosa, sobre ese gran cansancio de la tierra; porque el bostezo de la Pampa verde es como una fatiga que reposa o es como una esperanza que se pierde...
[Un científico tendrá] Temperamento enérgico dispuesto a resolver un problema; aplicación en las tareas y una fortaleza que lo mantiene erguido ante muchas cosas que podrán haberlo tumbado; y ante todo, perseverancia, un terco rechazo a desistir y a admitir la derrota.
Los cráneos de los muertos, apilados, alineados como ladrillos, consolidados a trechos por huesos grandes y muy prolijamente limpios, parecían formar los cimientos sobre los cuales se habían levantado las paredes de la sacristía.
¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!
Sé flexible como un junco, no tieso como un ciprés