Mi éxito es amable, discreto, ni presuntuoso ni avasallador
El anarquista niega el derecho de todo gobierno -sea autocrático o democrático- a inmiscuirse en su libertad individual
Cruce de superhombre y bufón, el caudillo hace y deshace a su antojo, inspirado por Dios o por una ideología en la que casi siempre se confunden el socialismo y el fascismo —dos formas de estatismo y colectivismo— y se comunica directamente con su pueblo, a través de la demagogia, la retórica y espectáculos multitudinarios y pasionales de entraña mágico-religiosa.
Los dirigentes de los partidos comunistas europeos que no hiciera un estudio crítico, con todos sus pormenores, de la historia de aquella revolución, se asemejarían al caudillo que, conforme se preparase de momento a nuevas guerras, no estudiara la experiencia estratégica, táctica y técnica de la última guerra imperialista. Un caudillo así condenaría a la derrota sus ejércitos.
Núñez (ex-presidente del FC Barcelona) es pequeño, poco inteligente y bravucón. Lo suyo son siempre bravatas baratas, propias de un prepotente vacío de inteligencia. Galindo, el actor, es mucho más inteligente que él. Pero no pasa nada. Cuando vea a Núñez le doy un beso en la boca, aunque me tendré que agachar para conseguirlo
Aún hay obtusos que creen que ser anticapitalista es vivir en una cueva e ir descalzo, que ridícula es la ignorancia prepotente
Una cortesana dijo a un mandarín: seré tuya si esperas cien noches bajo mi ventana. Y el mandarín esperó, hasta la nonagésimo novena noche, en que tomó el taburete y se fue.
Tal la exangüe cabeza, trunca y viva, de un mandarín decapitado, en una macábrica ficción, rodó la luna sobre el absurdo de la perspectiva...