El requisito más importante de un sistema monetario ordenado es, pues, la limitación de la cantidad de dinero frente a las tendencias inflacionistas, que estén siempre al acecho.
Un régimen monetario aislaría la política monetaria del poder arbitrario de un pequeño grupo de hombres no sujetos al control de los electores, y de las presiones a corto plazo de la política partidista.