Me quisieron contratar para la boda de un ruso, y dije que no. Entonces te ofrecen más. Vuelves a decir que no, y siguen subiendo la oferta. Te cansas y pides una cantidad dan demencial que, si dicen que sí, accedes. Y eso pasó. Fue muy fuerte. Sobre todo, porque en mi carrera nunca había hecho algo solo por dinero
Sostengo, pues, que los mortales que no conocen el himeneo ni las dulzuras de la paternidad, son más felices que los que tienen hijos.
Tú, ave peregrina, arrogante esplendor -ya que no bello- del último occidente: penda el rugoso nácar de tu frente sobre el crespo zafiro de tu cuello, que himeneo a sus mesas te destina.
El matrimonio debe ser una relación ya de simpatía o ya de conquista
Se llama matrimonio de conveniencia a la unión entre personas que no se convienen mutuamente