Ebrio placer es, para quien sufre, apartar la vista de su sufrimiento y perderse a sí mismo.
El hombre, tanto físico como moral, ser viviente, sensible, pensante y actuante, no tiende en cada instante de su vida más que a procurarse lo que le gusta o lo que está conforme con su ser, y se esfuerza por apartar de sí todo lo que le puede dañar.
Pero para asegurar la esperanza, para darle densidad, hay que participar en la acción, comprometerse en cuerpo y alma en la lucha nacional. Puede hablarse de todo, pero cuando se decide hablar de esa cosa única en la vida de un hombre que representa el hecho de abrir el horizonte, de llevar la luz a la propia tierra, de levantarse a sí mismo y a su pueblo, entonces hay que colaborar muscularmente.
Felices los que sufren si se sienten con una voluntad superior a los caprichos del destino. La humillación despierta su orgullo, el dolor despierta su inteligencia y en sus manos encallecidas encuentran fuerzas suficientes para imponer la ley a sus contrarios, para levantarse sobre las generaciones humanas y revelarse como nueva divinidad entre los pueblos asombrados
Lo falso, por mucho que crezca en poderío, nunca puede elevarse a la verdad
Debe señalarse que los principios religiosos sufren una suerte de flujo y reflujo en la mente humana y que los hombres tienen una tendencia natural a elevarse de la idolatría al monoteísmo y a recaer de nuevo del monoteísmo en la idolatría.
Un hombre no es un hacha. No es una condenada herramienta que corta, tala y destroza todo el día. Las cosas le llegan. Hay cosas que no puede desprender porque las lleva dentro.
Recuerdo que el amor era una blanda furia no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísima: mordía con sus colmillos de azúcar y endulzaba el muñón al desprender el brazo. Eso sí lo recuerdo.
Cuando canto a veces es posible que pueda desentonar...quien es capaz de no desentonar nunca?
Todo debe tender al buen sentido, pero el camino que lleva a él es resbaladizo y difícil de seguir: apartarse un poco es hundirse. Muchas veces, la Razón tiene sólo un sendero por donde avanzar.
El hombre debe ser juzgado por la imagen social que proyecta de sí mismo -su respetabilidad- y por la imagen interior en que se contempla -su idealismo-. La moral que acabamos de describir no ha desaparecido aún, ni mucho menos. Pero no es la propia de nuestro tiempo y los jóvenes tienden a apartarse de ella.
En medio de la duda, estoy seguro de que por debajo de las capas superficiales y exteriores de fragilidad, los hombres desean ser buenos y quieren ser amados. Verdad es que muchos de sus vicios no constituyen más que atajos que intentan abrir para llegar al amor.
La cosa mas agradable es abrir los periódicos y no encontrarte en ellos
Para nosotros, no es un ángel caído del cielo en la animalidad sino un ser en ascendente evolución; no purga sus pecados sobre la tierra sino que hace de ella el escenario de la maravillosa aventura de su vida inteligente, en busca de la libertad y queremos arrancar de esas creadoras fuerzas supremas, el lastre pesado de los siglos de barbarie y de barbarie actual.
Si todo el mundo vive haciéndonos la guerra, yo necesito amor que me des tu paz, necesito arrancar todo lo que me hiera, necesito amor, necesito más, más libertad...