No existía más que la dignidad ultrajada, la libertad perdida, la dilapidación entronizada, la esclavitud constituida.
Pensamiento y estudio son igualmente necesarios para la felicidad de un país y para la vida de una ciudad. En el primero previenen las inquietantes sensaciones de indolencia y permiten el placer sublime de crear para la belleza; en la segunda, hacen que la disipación no sea objeto de necesidad y, consecuentemente, de interés.
¿No es verdad que es mas honroso predicar la rigidez de Esparta que la libre disipación de Babilonia?
Mientras mi mente viaja donde tú estás, mi padre grita otra vez. Que me malgasto mi futuro y su paz con mi manera de ser. Aunque lo escucho ya estoy lejos de aquí, cierro los ojos y ya estoy pensando en ti. Y soy rebelde cuando no sigo a los demás, y soy rebelde cuando te quiero hasta rabiar, y soy rebelde cuando no pienso igual que ayer.
El ajedrez es el más grande desperdicio de la inteligencia humana después de la publicidad.
Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo.