Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco, que iluminan sólo el camino que queda a la espalda.
En realidad, comparto su opinión y entiendo su frustración cuando un gobierno intenta prohibir los símbolos seculares, como Santa Claus o Rudolph, el reno de nariz roja o las luces de Navidad.