La oportunidad es como un hombre calvo con un único parche de pelo en la frente. Tienes que asir ese pelo, aferrarte a la oportunidad mientras la tienes de cara, de otro modo estarías agarrando una calva resbaladiza.
Mi pelo siempre ha sido demasiado grande para eso. Me pongo pantalones vaqueros y, probablemente, cualquier tipo de camisa brillante.
A mi madre huyen las tempestades de mi mente cuando los dedos de su mano fría, se hunden, temblando, en la melena mía...