Nunca resulta presuntuoso para nadie el desear aprender. Este es el objetivo de la creación y el derecho natural de la humanidad. Bienaventurados son aquellos que están preparados para reivindicar ese derecho durante toda su vida
Ni el presuntuoso ni el fatalista están formados. Malo es el optimismo no razonado del primero, y malo también el pesimismo sistemático del segundo. La alegría es necesaria siempre, pero el optimismo ha de ser razonado
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
Manos que pueden agarrar, ojos que pueden dilatarse, pelo que puede erizarse, si debe; estas cosas son importantes, no porque una altisonante interpretación pueda encajarse sobre ellas, sino porque son útiles.
El barroco es una técnica y un estado de espíritu.