La no-violencia no es pasividad estéril, sino una poderosa fuerza moral que se hace para la transformación social
En el asistencialismo no hay responsabilidad, no hay decisión, sólo hay gestos que revelan pasividad y domesticación. Gestos y actitudes. Es esta falta de oportunidad para decidir y para participar responsablemente lo característico del asistencialismo que lleva en sus soluciones una contradicción en cuanto a la vocación del hombre a ser sujeto, y a la democratización fundamental.
Sé cómo te sientes porque a tu estado puedo experimentarlo pero tú no sabes cómo se experimenta lo que digo. Por consiguiente, si te hablo con desinterés de aquello que hace feliz y libre al ser humano, vale la pena que intentes comprender.
El mérito de las acciones humannas lo da el motivo de las mismas; el desinterés las lleva a la perfección
La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción
La apatía puede ser superada por el entusiasmo, y el entusiasmo sólo puede ser despertado por dos cosas: en primer lugar, un ideal, que la imaginación tome por asalto, y en segundo lugar, un plan inteligible para llevar a la práctica ese ideal.
Su ejemplaridad fue máxima cuando creyó que resistir en la Moncloa era un mal servicio a España. Su decisión no fue hija de la desgana de poder, porque en pocas personas se habrá dado tanta y tan noble ambición de Gobierno como en Adolfo Suárez.
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
La pobreza, como ya he dicho, endurecía mi corazón y mi necesidad me hacía mirar con indiferencia la de los demás.
La habitual indiferencia de que alardeaban los detectives de homicidios quedaba superada por la emoción del momento. Me sorprendió su apasionamiento. No comprendía exactamente si aquella atrocidad por sí sola había conmovido sus sentimientos o si la naturaleza religiosa del ofensivo objeto contribuía a su reacción.
Si en la vida práctica la dejadez se hace visible por el no hacer, en la vida intelectual se caracteriza por no prestar atención.
No somos perfectos, pero somos capaces de concebir lo que es la perfección. La acción es preferible a la inacción y el compromiso con la vida es preferible a la indiferencia apática
El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. La inacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.
Cuando un hombre hace dejación de su egoísmo en bien de sus semejantes, siente una infinita alegría, recibe un infinito consuelo, cree que Dios lo corona de gloria y vive más amplia y dignamente
El peor de todos los pasos es el primero. Cuando estamos listos para una decisión importante, todas las fuerzas se concentran para evitar que sigamos adelante. Ya estamos acostumbrados a esto. Es una vieja ley de la física: romper la inercia es difícil. Como no podemos cambiar la física, concentremos la energía extra y a si conseguiremos dar el primer paso. Después el camino mismo ayuda.
Otro generador de vejez es el hábito: el mortífero proceso de hacer lo mismo de la misma manera a la misma hora día tras día, primero por negligencia, luego por inclinación, y al final por inercia o cobardía. El hábito es necesario; es el hábito de tener hábitos, de convertir una vereda en camino trillado, lo que una debe combatir incesantemente si quiere continuar viva.
Hay que seguir adelante, vencer el cansancio, el miedo y el deseo. La fatiga disfraza sus intenciones. La fatiga es sueño, curiosidad y desgano en los caminantes. Abre bien los ojos, hijo, y sigue al pájaro Pujuy. El no se equivoca. Su destino es como el nuestro: caminar para que otros no se pierdan.
Vemos que el Sagitario era signo de la Contemplación, Estudio y buen Impulso, con su séquito y servidores, que tienen por objeto y sujeto el campo de la Verdad y del Bien para formar el Intelecto y la Voluntad, de donde queda muy lejos la Ignorancia afectada y la despreocupación vil.
¿Vender yo la mitad de México?, ¡Por Dios! cuando aprenderán los mexicanitos que si este barco se hundió no fue solo por los errores del timonel, sino por la desidia y la torpeza de los remeros.
Todo lo que veo es deseo venganza y trampa en la nación donde acampa la corrupción y el hampa, una estampa de desidia de conformismo y envidia la tibia fragilidad con la que lidian mis familias.