Hombre que vais por el mundo: atended y entended. El tiempo de la confusión es ya en ustedes. Aún resta un tiempo... Comprende, observad, entended. Ya la gente cayó en la imitación pueril, en el vulgar inicuo, en la jactancia banal, en la ignorada desvergüenza; desubicada corre tras el oro por él robará, estafará, la ganará, en bien o mal hasta él... ¡Basta! El oro en castigo: ¡caerá!
Las compañías deben también aceptar que el cambio es una parte grande de la realidad de los negocios. La voluntad de cambiar es una fortaleza, aunque signifique lanzar a parte de la empresa hacia la confusión total durante un tiempo... Mantener los ojos abiertos para el cambio es tanto emocionante como divertido.