Mamá se sujetaba ambas manos, apretándolas, y unas lágrimas limpias empezaban a rodarle por las mejillas. Mirándola, José quiso consolarla: esa es la guerra, doña; no hay remedio...O se mata o lo matan. Pero esas palabras ni a él le satisfacían porque bien claro se le veía el dolor.
La claridad en la ciencia es necesaria; pero en la literatura, no. Ver con claridad es filosofía. Ver claro en el misterio es literatura. Eso hicieron Shakespeare, Cervantes, Dickens, Dostoiewski...
Somos el gobierno más transparente de España y de Europa.
¡No dejaron al pasar más huellas, con sus glorias, sus luchas y sus duelos, que la que deja el pájaro que cruza el azul transparente de los cielos!