Es momento para proclamar nuestra fe en el orden constitucional y declarar paladinamente que hoy un auténtico grito de ¡Viva España! no encierra una verdad distinta que la de ¡Viva la Constitución! y ¡Viva la democracia!
Decir que los hombres son iguales es tan absurdo como proclamar que lo son las hojas de un árbol
Siempre hubo centuriones y mercenarios en todas las fronteras del Imperio. Hasta que se pasaron al enemigo y se acabó el imperio. Es contradictorio e imposible (y peligroso) disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.
Siempre hay que aplaudir cada paso que se da. Todo es importante, todo vale
... cuando el capitalismo comenzó a meter en masa al resto de la población campesina, embrutecida y reducida a la condición de animales, en la vorágine de la vida sociopolítica, más compleja cada día, nuestros paladines comenzaron a gritar y lamentarse del hundimiento y de la destrucción de los pilares básicos de la sociedad.
Qué terrible es gritar te amo y que la otra persona en el otro extremo grite ¿qué?
Las revoluciones quisieron a menudo salvar a la democracia de sus enemigos, pero dieron a luz regímenes antirrevolucionarios al concentrar el poder, al convocar a la unidad nacional y la unanimidad del compromiso, al denunciar a adversarios con los cuales se juzgaba imposible la cohabitación pues se los consideraba como traidores más que como portadores de intereses o ideas diferentes.
La democracia no es solo convocar elecciones: es Estado de derecho, sistema de reglas, poderes separados, prensa autónoma, magistratura independiente.