Es sano mantener limpia la fantasía de los niños, pero esa pureza no se preserva mediante la ignorancia
La ignorancia y la abundancia de palabras predominan en la mayor partes de los hombres, si quieres sobresalir de la mayoría inútil, cultiva tu conocimiento y envuélvete en nubes de silencio.
La incultura es una de las desgracias más grandes de mi raza...La educación de los hijos de mi raza es algo que no debe pasar inadvertido para los gobernantes y para los ciudadanos. Nunca al problema educativo se le ha dado la atención necesaria...
La incultura es una situación que encierra al hombre tan herméticamente como una cárcel
Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad.
Las procesiones, los curas, los amos, el pongaje, la servidumbre, las exacciones, el atraso en el cultivo continuaron
Interferir en el sexo entre adultos es una política redentora que lleva al oscurantismo y al poder de las mafias.
La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía
Cuando vio este nuevo libro sobre su mesa de noche, apilado sobre el que había terminado la noche anterior, estiró la mano automáticamente, como si leer fuera la primera y única tarea evidente del día, la única forma viable de negociar el tránsito del sueño al deber.
A veces uno toca un cuerpo y lo despierta, por él pasamos la noche que se abre, la pulsación sensible de los brazos marinos y como al mar lo amamos, como a un canto desnudo como al solo verano.
En la pureza de mi cama de hospital, durante semanas sin fin, mirando el techo en la penumbra mientras aquellos pobres hombres roncaban, comprendí que la vida es una creación brutal, hermosa y cruel
Aspiro morir entre la penumbra de oro de una tarde, escuchando el musitar opaco y tenue de la lluvia...
Me senté, mirando aquel paisaje rico en bosques, refulgente con la luz majestuosa y melancólica que a cada momento disminuía más. Los rincones de la habitación se encontraban ya en sombras. Todo oscurecía y la lobreguez insensiblemente afinaba mi mente, de por sí preparada para lo siniestro. Esperaba a solas su llegada, que no tardó en ocurrir.
Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche.