Para que no me molestaran en la boîte, dejé de vestirme bien, y me vestí de atorrante. Así podía decir cualquier cosa, un atorrante puede decir cualquier cosa. La pegué: nadie me embromó más. La peluca, el habano y los lentes sin vidrios que uso en la TV son algo parecido. A cara limpia Ud. No puede decirlo todo. Pero si se da un toque de locura, sí.
Siempre acepté las críticas con fundamento, pero es bastante triste cuando escucho a comentaristas de TV que me critican por haber pegado una paralela cruzada.
La televisión construye la realidad, provoca el shock emocional y condena prácticamente al silencio y la indiferencia a los hechos que carecen de imágenes.
La televisión es chicle para los ojos.
Y aunque yo fuera una bestia descarriada, incapaz de comprender al mundo que la rodea, no dejaba de haber un sentido en mi vida insensata, algo dentro de mí respondía, era receptor de llamadas de lejanos mundos superiores, en mi cerebro se habían animado mil imágenes. ** Hermann Hesse, El lobo estepario,1927
Puedes estar viendo la tele y ver la Coca-Cola, y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola, y piensas que tú también puedes beber Coca-Cola
Mi punto real parte desde que no estoy pensando constantemente qué te voy a contestar para quedar bien porque me están viendo en la tele y tú también te quedes contenta