El «buen gusto» como norma equivale a una amonestación para que neguemos nuestro sincero gusto y lo sustituyamos por otro que no es el nuestro, pero que es «bueno».
Todo lo que es revolucionario, lo que enseña, lo que trata de guiar, lleno de luz y de conciencia, de claridad y de belleza, a los hombres y a los pueblos a mejores destinos, hacia más altas cumbres del pensamiento, de la vida y de la justicia, encuentra la reprobación más encarnizada del imperialismo; encuentra la valla, la condena, la persecución macartista.
Que este aire sea testigo de su corazón de largo alcance, y en las trincheras, un omnívoro y activo océano sin ventana es la materia... ¿De qué sirven estas estrellas delatoras? Todo deben contemplar ¿Para qué? En la reprobación del juez y del testigo, en un océano sin ventana, está la materia.
Si yo expongo mi vulnerabilidad, a partir de ese momento no solo estoy libre de cualquier reproche o recriminación por su parte hacia mi carencia o defecto, sino que, además, soy percibido como un hombre valiente y congruente sin el peso de tener que ocultar algo incómodo.
Palabras de amable reconvención no pueden menos de agradar al que escucha. Pero la meditación sobre ellas es lo que verdaderamente importa.
Ese veintitrés de diciembre un cajón de whisky escocés se cayó mientras lo descargaban, como suele ocurrir con un cajón de whisky escocés que se descarga un veintitrés de diciembre en el muelle cuarenta y uno.
...De este yo depende la conciencia; él gobernará los accesos a la motilidad, vale decir: a la descarga de las excitaciones en el mundo exterior.
Tenemos con Nos a los jóvenes, caballeros generosos de los más puros y nobles ideales. Y está con Nos el alma de esta vieja Europa, que fue obra de la fe y del genio cristiano. Con Nos la Humanidad entera, que espera justicia, pan, libertad, y no el hierro que mata y destruye. Con Nos aquel Cristo, que del amor fraterno ha hecho Su mandamiento fundamental.
Para que el amor fraterno sea realmente verdadero, debe ser tal que el bien de uno sea para el bien de todos, y el mal de uno lo sientan todos
La corrección política es tiranía con modales.
Dicen esas cosas en nombre de la corrección política. Yo soy políticamente incorrecto y la corrección política no es más que la mordaza que antiguamente se llamaba censura e Inquisición. Además yo hablo con palabras de escritor, no con eufemismos de personas que sólo quieren ganar votos.
Vuelvo a las películas que iba a ver cuando era chico. Hoy repaso todo aquello y me pongo a pensar cómo no se me ocurrió un gag así. Ese sentido de la imagen y de su pureza, se sostenía en algo fundamental en el humor: el poder de síntesis. Es la capacidad, como hacen los dibujantes, de contar toda una historia... En tres cuadritos. El gag es el módulo básico donde todo se asienta.
Hoy como entonces ante ti permanezco inmóvil, mar, mas no me creo digno ya de la solemne admonición de tu aliento.