Algunos socialistas al parecer creen que las personas deberían ser números en un ordenador del estado. Nosotros creemos que deberían ser individuos. Todos somos distintos. Nadie, gracias a Dios, es idéntico a otro a pesar de lo mucho que los socialistas intenten pretender lo contrario. Creemos que todo ser humano tiene el derecho a ser desigual, pero igualmente digno e importante
Con tal de estar con Dios, ¿qué más da que sea de una manera o de otra? Puesto que realmente sólo le buscamos a Él, y no lo encontramos menos en la mortificación que en la oración -sobre todo cuando nos envía la enfermedad-, nos deben parecer tan buenas tanto la una como la otra
Ser unidos es una gran virtud. Pero respetar el derecho a ser diferentes es quizá una virtud aún mayor.
Me interrumpo para señalar que me siento extraordinariamente bien. Quizá sea el delirio.