No hay completa belleza. El tigre es hermoso, pero su orín es pestilente.
Los viajeros nos cuentan que esas aguas calientes edifican verdaderos palacios, ciudadelas y murallas de algunos kilómetros de longitud. Blancos como el alabastro, los pilares y basamentos crecen incesantemente por el depósito de las cascadas susurrantes que poco a poco ocupan la llanura.
Otoño manso, yo me poseo y me inclino ante tus aguas para beber el cielo, suave fuga de árboles y abismos.
Pero si lo infinito estuviera constituido por un número limitado de partes, cada una de éstas (quiero decir por ejemplo, el agua o el fuego) sería también, necesariamente, infinita. pero eso es imposible: pues se ha demostrado ya que ni la gravedad ni la levedad son infinitas.
Toma consejo en el vino, pero decide con agua después.