Sinónimos de oasis

No me pidas una flor, que en el jardín y el vergel eres tú la flor mejor.

Con árboles altos como cortavientos, cítricos en el medio, y una cubierta de abono verde bajo ellos, he hallado la forma de tomármelo con calma y dejar que el vergel se cuide a sí mismo.

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amargura.

La paz obtenida con la punta de la espada no es más que una tregua

Después de cumplido el deber, el descanso es un placer

Al morir las penurias del descanso eterno, no habría razón para sostener una vil trampa, sino que el horizonte abierto se cerraría al invierno de lo centenario: Insubordinación.

Un reposo claro y allí nuestros besos, lunares sonoros del eco, se abrirían muy lejos. Y tu corazón caliente, nada más

La única forma de que la velocidad de la luz sea la misma para una persona en reposo y otra en movimiento es que su sentido del espacio y del tiempo difiera.

Police es un grupo para escucharlo después de veintidós botellas de champagne. Es un alivio escuchar a Police después de eso...

Siempre sentí que el gran privilegio, el alivio y la comodidad de la amistad era que uno no tenía que explicar nada.

El futuro es nuestro refugio ante la feroz competencia de nuestros antepasados.

El café (establecimiento en el que se sirve la nueva bebida) se convierte en el lugar de cita de los elegantes, de los ociosos y también el refugio de los pobres.

Porque así como a la ciudad que tiene quietud y seguridad, le conviene no mudar las leyes y costumbres antiguas, así también a la ciudad que es apremiada y maltratada de otras, le cumple inventar e imaginar cosas nuevas para defenderse; y ésta es la causa porque los atenienses, a causa de la mucha experiencia que tienen, procuran siempre novedades.

Si uno es denostado o injuriado, el remedio no consiste en devolver el insulto ni en resistirse. Simplemente hay que quedarse quieto. Esta quietud dará paz al injuriado, pero inquietará al ofensor, hasta que éste se vea impulsado a admitir su error ante la parte injuriada.

El corazón que no ama es una cisterna tenebrosa, un depósito inmóvil que no recibe ni da. El corazón que ama es el remanso a cielo abierto, donde las mil corrientes del mundo descansan un instante para partir otra vez.

La casualidad siempre es actual; ten echado tu anzuelo. En el remanso donde menos lo esperes, estará tu pez

Todo sucede muy deprisa. De pronto estoy cayéndome, y en cuestión de segundos estoy entre sus brazos y me aprieta fuerte contra su pecho. respiro su aroma limpio y saludable. Huele a ropa recién lavada y a gel caro. Es embriagador. Inhalo profundamente.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo pasa a ser mi universo, el credo que se nutre; la aromática lámpara que alzo estando ciego cuando junto a la sombras los deseos me ladran.

No me pidas una flor, que en el jardín y el vergel eres tú la flor mejor.

Con árboles altos como cortavientos, cítricos en el medio, y una cubierta de abono verde bajo ellos, he hallado la forma de tomármelo con calma y dejar que el vergel se cuide a sí mismo.

Lo que más desgasta de una enfermedad es el agotamiento sin tregua que esta va produciendo.

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.

De la imposibilidad de razonar fue de donde nacieron las artes, el apólogo, etcétera. Es asimismo de la ineptitud de razonar o del hastío de razonar sin descanso de donde nacen, en las almas vivas, la poesía, la elocuencia, las metáforas, etcétera. He aquí, sin la menor duda, una gran cualidad.

Nada es un descanso para mí. Ni siquiera los descanso son los descanso

El sueño tras el esfuerzo, tras la tempestad el puerto, el reposo tras la guerra, la muerte tras la vida harto complace.

La lectura alimenta el espíritu y le da reposo cuando está fatigado por el esfuerzo.

De las miserias suele ser alivio una compañía.

Silenciosamente apuro mi sed, mi sed no saciada, y la guardo congelada para un alivio futuro.

El amor es el gran refugio del hombre contra la soledad, la inmensa soledad que le han impuesto la naturaleza, la especie, las leyes eternas.

La seriedad es el último refugio de los superficiales.

Para recibir el don de la felicidad el talante más adecuado es, pues, el desprendimiento: no estar prendido a nada, desprenderse de todo. La felicidad, como el pájaro libre, no está nunca en mano, sino siempre volando. Pero tal vez, con suerte y quietud por nuestra parte, se pose, por unos instantes, sobre nuestra cabeza.

La quietud fuera de la lluvia una mariposa vaga en mi alcoba.

La casualidad siempre es actual; ten echado tu anzuelo. En el remanso donde menos lo esperes, estará tu pez

El corazón que no ama es una cisterna tenebrosa, un depósito inmóvil que no recibe ni da. El corazón que ama es el remanso a cielo abierto, donde las mil corrientes del mundo descansan un instante para partir otra vez.

Y aunque estés así tan radiante, rendida en la niebla, yo no respiro hasta ver tu despertar...

Yo cruzo sin respiro por su aire irrespirable que desnuda un prodigio en cada voz con sólo dibujar y en cada pensamiento con sentirlo.