La ciencia natural no es un instrumento que sirva para investigar lo insondable; su papel el de decidir sobre la existencia o inexistencia de Dios
Sea la inexistencia
Entonces la persona habrá conseguido un sentimiento de su propia pequeñez e insignificancia ante la grandeza del universo y de los propósitos de Dios respecto a éste... Reconocerá que hay propósitos que oscilan en arcos mucho mayores que su diminuto orbe, y procurará ponerse en armonía con ellos. Sin entregarse al sentimentalismo, se dará cuenta de que depende de Dios.
Sólo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburg, una madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia
Cuando hay clase, la velocidad es una minucia
El Budismo enseña la liberación y no la aniquilación; aboga por la disciplina espiritual y no por el torpor o vacío mental. En el curso corriente y personal de la vida debe haber cierto alejamiento, debe haber cierta apertura de una nueva perspectiva en la noción personal si se desea ser verdadero seguidor del Buda.
Cada salto en el vacío es una cuestión de fe, nunca nada se repite como la primera vez.
Sea la inexistencia
Aunque no me corresponde probar la inexistencia de Dios sí puedo hacerlo. No puede existir un Ser tan dañino que pudiendo en su omnipotencia hacer el bien haga la chambonada de este mundo con todos sus horrores
No pensamos pedir ninguna cosa a ese granuja del Zar...esos bribones nos han condenado a muerte, entonces que nos cuelguen
En este mundo, ninguna cosa es cierta salvo la muerte y los impuestos
Al aumentar la densidad, aumenta la gravedad (energía negativa), para que el total de energía se mantenga en cero aumenta la energía positiva para crear partículas.
El empate ya lo tenemos porque estamos cero a cero. Entonces, hay que ir a buscar la victoria. Me vais a decir que si estoy loco, pero no lo estoy
Otros siguiendo tus huellas, frescas recorrerán tu camino palmo a palmo, pero tú mismo no debes distinguir la derrota de la victoria no debes renunciar ni a una brizna de ti mismo. Tú debes estar vivo. Solamente vivir hasta el final.
Podremos saber que nada vale más que la brizna roída por un conejo o la ortiga creciendo entre las grietas de los muros. Pero nunca dejaremos de correr para acompañar a los niños a saludar el paso de los trenes.
Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.
No se exige a sí mismo lo imposible, pero sí se exige a sí mismo hasta el último gramo de lo que es posible. Renuncia a descansar contento con su alma defectuosa, encogiéndose de hombros en autodesprecio con un yo soy así. Él sabe que ese yo ha sido creado, y que es alterable, por él mismo.