Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan.
Para salvar a esta especie de mamíferos en vías de extinción hay que llevar al dramaturgo al escenario: ese es su hábitat. Los que quieren continuar recluidos en sus escritorios y sus diccionarios, es mejor que se extingan. La fauna no habrá perdido nada.
La creación poética deviene, cada día más, un ejercicio culto, compromiso al que rindieron un primer tributo nuestros vanguardistas, y se reduce progresivamente la tierra de cultivo para el fruto espontáneo. El poeta hace uso consciente de la intuición que le dota de su peculiar potencia cognoscitiva.
El poeta es aquel que es capaz de mantener la visión fresca del niño vivo.
Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.
El que nace con la vocación de cuentista trae al mundo un don que está en la obligación de poner al servicio de la sociedad.
Tiene que ser chileno, letrado mayor de edad todo lo que dice la constitución, de raza caucásica o araucano eso no importa todo va a ser normal nomas.
Es la mayor simpleza de muchos padres pretender tener a pura fuerza un hijo letrado o eclesiástico, aun cuando no sea de su vocación tal carrera ni tenga talento a propósito para las letras; causa funesta, cuyos perniciosos efectos se lloran diariamente en tantos abogados firmones, médicos asesinos y eclesiásticos ignorantes y relajados como advertimos.
Una vez un crítico con ánimo de ofenderme dijo que yo era un escritor de putas y vagabundos. Nunca escuché una verdad tan grande. Soy un novelista de putas y vagabundos y de los que sufren cualquier tipo de discriminación y de las causas dignas del hombre. De eso me siento orgulloso.
En tres palacios de gobierno recordé que soy sólo un novelista de putas y vagabundos, colocando con júbilo el acento en la palabra puta. Tengo horror a los términos prostituta, ramera, son discriminatorios.
En la industria cinematográfica todos sabemos que detrás de cada guionista de éxito hay una mujer. Y que detrás de esta mujer está la esposa
El problema es que cuando tú interpretas un diálogo, el director está interpretando otro y el guionista otro más. Cada uno tiene su propia idea. Por eso es mejor saber con quién te juegas los cuartos. Muchos directores quieren saberlo todo. Algunos directores no quieren saber nada. Algunos esperan que tú se lo des todo.