Si los espíritus malignos percibieran que están asociados con el hombre y, pese a ello, separados de él; si pudieran infiltrarse en las partes de su cuerpo, por mil medios intentarían destruirlo, pues odian al hombre con odio mortal...
Quien no sabe tener bajo su poder de fascinación a una mujer hasta el punto de que ella no vea nada, a no ser aquello que queremos que ella vea; quien no sabe infiltrarse en su ser de modo que obtenga todo lo que quiera; quien no sea así, es un hombre que no vale para nada.
Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio.
Me es posible mezclar mi aliento al suyo, embriagarme en la contemplación de sus facciones sin que me considere sospechosa de impureza y engaño. Teme que mi seducción le haga violar sus votos. ¡Qué injusto es! Si quisiera excitar su deseo, ¿Le ocultaría con tanto cuidado mis facciones? Esas facciones de las cuales a diario le oigo decir...Se interrumpió y se sumió en sus reflexiones.
Utilizaba la heroína porque nunca me vi capaz de afrontar bien la fama. Sabía que para ser feliz y hacer lo que quería, música, la fama era uno de los precios a pagar, y no me acostumbraba. Era más fácil meterse heroína y utilizar eso como una forma de distanciarse que afrontar la presión exterior.
Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.
Yo no podia entrar a un club antes del video de 'My name is'. Ayer ya estaban limpiando mesas para mi, es gracioso, pero da miedo también, porque tu puedes desaparecer tan rápido como las listas aparecian en ellos.
Hay que entrar en las ideas de los otros si se quiere sacar provecho de las conversaciones y de los libros.
Tú golpe limpio tiene un ángulo para penetrar en el interior de las defensas del contrario.
No me arrepentía de haberme establecido durante algún tiempo en El Cairo y de haberme hecho bajo todas las circunstancias un habitante de esa ciudad, la cual es la única forma sin duda alguna de comprenderla y amarla; los viajeros no se dan tiempo, de costumbre, para comprender su vida íntima y para penetrar las bellezas pintorescas, los contrastes, los recuerdos.
Así como un buscador de perlas se ata una piedra a la cintura para sumergirse y tomar la perla del fondo del mar, cualquiera que bucee en las profundidades de su propio ser con desapego puede obtener la perla del Yo.
De vez en cuando vale la pena salirse del camino, sumergirse en un bosque. Encontrará cosas que nunca había visto
No permitiré a nadie adentrarse en mi mente con sus pies sucios
Las cosas fabricadas han perdido la noble indiferencia por las esferas de la riqueza y la pobreza. Cada cosa hoy deja su impronta sobre su propietario, que no tiene ya otra elección que presentarse como un pobre diablo o, al contrario, como especulador.
Es evidente que hay un principio de conexión entre los distintos pensamientos o ideas de la mente y que, al presentarse a la memoria o a la imaginación, unos introducen a otros con un cierto grado de orden y regularidad.
- ¡Carajo!- gritó. Amaranta, que empezaba a meter la ropa en el baúl, creyó que la había picado un alacrán. - ¿Dónde está? - preguntó alarmada. - ¿Qué? - ¡El animal! Úrsula se puso un dedo en el corazón. - Aquí- dijo.
Una de las dificultades que afligen al mundo actual es que hay muchas personas dispuestas a meter su cuchara, pero pocas inclinadas a ayudar a hacer la sopa.