Y pensó que una cosa era meterse en un sitio como el Hospital Estatal Western con ideas, suposiciones y sospechas, y otra muy distinta obrar conforma a ellas. Tenía el aspecto de alguien que examina un objeto raro con una mezcla de duda y confianza.
En toda cosa inútil hay que ser genial o no meterse con ella.
Desde su nacimiento, el hombre lleva el peso de la gravedad sobre sus hombros. Está atornillado a la tierra. Pero el hombre no tiene más que hundirse bajo la superficie y ser libre.
¿Quién conoce el fin? Lo que ha emergido puede hundirse y lo que se ha hundido puede emerger. Lo satánico aguarda soñando en el fondo del mar, y sobre las ondulantes ciudades humanadas navega el apocalipsis.
Las innovaciones deben introducirse poco a poco, casi insensiblemente
Pero lo que me ha tornado irritable es la duda: ¿Lo quiero o no lo quiero? Últimamente ha surgido un nuevo personaje en discordia: un joven estanciero de origen inglés, menos apuesto que él pero de trato agradable, se ha valido de su amistad con papá para introducirse en casa y dirigirme palabras galantes. Y he aquí la disyuntiva...
Los pasos más importantes para llegar a concentrarse es aprender a estar solo consigo mismo.
La conversación debe tocar todo, pero no debe concentrarse en nada.
El sujeto ha de pensarse como único fundamento, abstraerse del ente libre exterior y atribuirse a sí solo su actividad.
La plegaria no es verbal. Proviene del corazón. sumirse en el corazón es plegaria, es la gracia.
La diplomacia soviética es una diplomacia proletaria, una diplomacia bolchevique; que aprovecha todas las contradicciones de los países imperialistas para ahondar sus disidencias y fortalecer el movimiento revolucionario internacional.
La poesía de lo auténtico sólo hace ahondar su nido de permanencias.
La codicia y la riqueza se reparten el poder en nuestra sociedad, y ese poder es utilizado a su vez para aumentar y concentrar más riqueza y poder en manos de unos pocos.
Sea de día o de noche, dormido o despierto, tengo costumbre de mantener siempre cerrados los ojos, para concentrar más el deleite de estar en la cama. Porque ningún hombre puede sentir bien su propia identidad si no es con los ojos cerrados.