Mickey Mouse apareció salió de mi mente en una libreta de dibujo, en un tren de Manhattan a Hollywood, en un momento en que la empresa de mi hermano Roy y mía estaba en el punto más bajo y el desastre parecía a la vuelta de la esquina..
Su Constitución es un monumento: es usted el legislador del buen sentido bajo las formas de la ciencia
Todos, en mayor o menor medida, somos responsables y copartícipes de este fracaso argentino y entre todos, sólo entre todos, seremos artífices de un cambio a fondo y de una transformación positiva.
En el alma de un esclavo no puede hallarse el menor resquicio donde pueda albergarse la virtud, y que ningún hombre sensato puede fiarse nunca de ellos. El más sabio de los poetas (Homero) declara así, refiriéndose a Zeus, nos dice: al hombre que cae en esclavitud, Zeus le priva la mitad de su alma... Las Leyes. Libro VI.
Los autores han dicho siempre en sus prólogos y se lo han llegado a creer ellos mismos, que escriben para el público; no sería malo que se desengañasen de este error. Los no leídos y los silbados escriben evidentemente para sí; los aplaudidos y celebrados escriben por su interés, alguna vez por su gloria; pero siempre para sí.
Creo que para el sábado por la noche habrán descubierto que todo juego y nada de trabajo es tan malo como todo trabajo y nada de juego.
Los Líderes de Excelencia saben que poseen el más valioso de todos los maestros dentro de ellos mismos y están conscientes que Nadie puede dar lo que no posee, y cumplen con una premisa fundamental en el arte de dirigir jamás pedir a un subordinado lo que ellos mismos no son capaces de hacer, manejan una atención consciente de cada una de sus acciones y son los más exigentes con ellos mismos.
La peor desdicha del trabajador es que el azar le depare el estar subordinado a un mal jefe.
El gusto en literatura se ha vuelto tan doméstico y la aprobación tan dependiente del placer que, para empezar, buscamos al autor en un libro, y en el autor, sus pasiones y sus humores; si éstos son parecidos a los nuestros, los apreciamos; si son distintos, los rechazamos.
Estaba trabajando como dependiente y pensé que no era justo que solo las personas adineradas pudiesen vestir bien
El que de la verdad vive, cualquiera que él sea, aunque ínfimo y vil, puede ser útil en algo.
Hay una mente, una mente omnipresente y omnífica. Su nombre sagrado es el amor. ¡Oh verdad de sublime grandeza! Quien se nutre sacia con ella su alma constante, escapa con una bendición de este ínfimo mundo.
Una casa: ya sé que se deja, se destruye, se pierde, se vende, se abandona. Pero al niño hay que dársela porque no olvidará nada de ella, nada será desperdiciado, su memoria conservará el color de sus muros, el aire de sus ventanas, las manchas del cielo raso y hasta la figura escondida en las venas del mármol de la chimenea. Todo para él será atesoramiento.
En verdad que aquél era un estudio, casi una biblioteca. Se trataba de una habitación de cielo raso elevado, con dos ventanas altas y estrechas, de cortinas oscuras y suntuosas. Era mucho más amplia de lo que había supuesto, con todas las paredes cubiertas de libros, desde el piso hasta el techo.