El amor es de la misma esencia que el alma humana. Como ella, es una chispa incorruptible, indivisible e inmortal. Es un fuego que llevamos dentro y que nada puede sofocar ni apagar
La fe es la pasión por lo posible y la esperanza es el acompañante inseparable de la fe.
Hay que tener la paciencia como compañera inseparable