Lo hermoso, que quizás es inseparable del arte, no está después de todo vinculada a este asunto, sino a la representación pictórica. De esta manera y en ningún otro arte se superar lo feo evitándolo.
El placer acompaña al ocio, generalmente, mientras que la alegría es inseparable amiga de la diligencia.
Si leo un libro y hace que mi cuerpo entero se sienta tan frío que no hay fuego que lo pueda calentar, sé que eso es poesía. Si físicamente me siento como si me levantasen la tapa de los sesos, sé que eso es poesía. Esta es la única manera que tengo de saberlo. ¿Hay alguna otra?
Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar.
El espíritu es un ser simple, indiviso y activo: en cuanto percibe las ideas se llama entendimiento; y en cuanto las produce y opera sobre ellas, se llama voluntad.
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Mal puedo arrepentirme de algunas de mis obras ya que casi todas ellas las gané por concurso. Me gusta presentarme a ellos. Se gana y se pierde, pero en todo su desarrollo me divierto mucho. Esto es muy importante: divertirse con lo que uno hace.