Dejando la verja montañosa, encontré ha Japón. Canciones en los recogedores de hoja de té.
Conozco la sensación Tienes la impresión de que puedes rodar por el suelo, cortarte las venas con una hoja de afeitar o masturbarte en el metro sin que nadie te preste atención, sin que nadie mueva una ceja. Como si una película transparente, inviolable y perfecta te protegiera del mundo.
Un buen libro es patrimonio de todo el mundo.
...Otros los repetiran ¿Y qué quedará de todos mis decires? (...) acaso sean como la abeja fosilizada en el ámbar, de ella podemos tener la imagen pero nunca sabremos de su vuelo (Del prefacio escrito por Lacan en el libro Lacan de Anika Rifflet-Lemaire).
Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.
Pero de todos modos, y como decía Monsieur Masseras, redactor en jefe del periódico publicado en México en francés, L'Ere Nouvelle, esa desafortunada nación no esperaba sino una sola cosa: un gobierno de orden, de organización y prosperidad, tres palabras, agregaba el periodista, que referidas a México, terreno proverbial de revoluciones y contrarrevoluciones, resultaban por demás irónicas.
Wikileaks ha publicado más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta. Eso no es algo que diga para demostrar lo exitosos que somos sino, más bien, para mostrar el alarmante estado del resto de los medios de comunicación
Un periódico es una colección de injusticias a medias que, voceada por muchachos milla tras milla, difunde su curiosa opinión
Con la mitad de un periódico hice un buque de papel y en la fuente de mi casa va navegando muy bien. Mi hermana con su abanico sopla que sopla sobre él. ¡Muy buen viaje, muy buen viaje, buquecito de papel!
No se puede publicar un documento sobre física sin los datos completos y los resultados experimentales, y esto debería ser la norma en periodismo.
Cualquier persona que pone en una página web una etiqueta diciendo esta página se ve mejor con el Navegador X parece tener el anhelo de los malos viejos tiempos, antes de la web, cuando tenía muy pocas posibilidades de lectura un documento escrito en otro equipo, en otro procesador, o en otra red