La crueldad tiene corazón humano y la envidia humano rostro; el terror reviste divina forma humana y el secreto lleva ropas humanas.
Esta influencia del hogar y la familia se prolonga en la experiencia de la escuela. En ella, los educandos descubren temprano que, como en el hogar, para conquistar ciertas satisfacciones deben adaptarse a los preceptos que se establecen en forma vertical. Y uno de estos preceptos es el de no pensar.
Eso me satisfizo, y me dirigí hacia la pared de la escritura. Deseché al señor Klein de mi mente, junto con el hambre, la sed, el sueño y todo lo demás que podría haberse inmiscuido en la narración de mi historia.
Si en un interior lo sostenemos ante nosotros de modo que esté en parte a la luz del sol y en parte a la sombra, lanzará sobre la pared un bello arco iris...Por eso se lo denomina iris.
Estoy contento por el apoyo que tengo tanto de la plantilla como del cuerpo técnico