Ése es un paisaje hermoso pensó la hormiga ante una barra grande de pan poco antes de que el cielo se desplomara sobre su cabeza disfrazado de la edición dominical del New York Times.
A mí no me tumba nadie. Derrotar a Chávez es como tragarse un crisol de aluminio o una barra candente de acero. Ni muerto me sacan de Miraflores