Cuando dos personas están bajo la influencia de la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la más fugaz de las pasiones, se les pide que juren que seguirán continuamente en esa condición excitada, anormal y agotadora hasta que la muerte los separe.
Lo que parece anormal en la vida es completamente normal en el arte. Es de hecho la única cosa de la vida completamente normal en el arte.
Soy incapaz de existir simultáneamente en dos universos espirituales: la literatura y la ciencia. Esta es mi debilidad fundamental: no puedo mantenerme a la vez despierto y en el sueño, en el juego. En cuanto hago literatura, me encuentro en otro universo; le llamo onírico porque tiene otra estructura temporal y porque mis relaciones con los personajes son de naturaleza imaginaria y no crítica.
Es un chocante liberalismo el que quiere todo para sí y nada para los otros. Tal sucede con los testamentos civilizados: dan todo a la familia como si no hubiera otras clases dignas de liberalismo.
Pues cuando el deseo se combina con la razón, en lugar de desear, razonamos. En ese supuesto, resultará paradójico conservar la razón y desear algo insensato, es decir, nocivo.
Resulta paradójico el antiespañolismo dentro de una nación, España, que brinda libertad a todos los ciudadanos y que garantiza unas cotas de autogobierno superiores a los estados federales. Por eso, hay que defender que hoy, soldados, no cabe más autonomía que la que cabe en la Constitución, que es garantía de igualdad para todos los españoles
Quien quiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura.
Quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante esa locura.
Si no hubiera uniformidad en las acciones humanas, y si toda la experiencia que pudiéramos tener de ellas fuera irregular y anómala, seria imposible acumular observaciones generales acerca de la humanidad; y ninguna experiencia, por mucho que fuera la precisión con la que hubiera asimilado la capacidad reflexiva, tendría utilidad.
Estamos hechos para concebir lo inconcebible y soportar lo insoportable. Eso es lo que hace nuestra vida tan dolorosa y al tiempo tan inagotablemente rica.
Es inconcebible una revolución que no desemboque en la alegría.
Si eres sospechoso de una falta que tus jueces hayan podido cometer, tú eres un hombre perdido
(...) que aún desde la oposición leal que respeto y que valoro, y desde la crítica responsable, que también respeto y valoro; digo que aún desde ahí me siento acompañado. Eso me honra y me compromete a trabajar aún más y mejor en la construcción de un Uruguay donde nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso y donde envejecer no sea una condena (...)
El punto de vista particular o la especial característica que se toma como definitiva en la clasificación de los hechos de la vida depende del interés en consideración al cual se trata de hacer la discriminación de los hechos.
Y ahora te diré lo que Tilte y yo hemos descubierto: hay que mirar hacia el interior de uno mismo. En el mismo instante que te alcanza el shock, te sobreviene una sensación muy especial y única, en tu interior, pero también por fuera, y esa sensación hay que palparla.
Mucho has perdido si un amigo has perdido, y será bien dificultoso hallar otro.
Esas nueve décimas partes del cerebro sí que son utilizadas. Y una de sus funciones es hacer que lo milagroso parezca corriente y convertir lo desusado en usual.
En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna
Si no hubiera uniformidad en las acciones humanas, y si toda la experiencia que pudiéramos tener de ellas fuera irregular y anómala, seria imposible acumular observaciones generales acerca de la humanidad; y ninguna experiencia, por mucho que fuera la precisión con la que hubiera asimilado la capacidad reflexiva, tendría utilidad.