Sufro esa clásica desventura: haber querido apoderarme de esos documentos para descifrar en ellos la certidumbre de una vida y descubrir que son los documentos los que se han apoderado de mí y me han impuesto sus ritmos y su cronología y su verdad particular.
Cómo vivir con la certidumbre de que la ausencia ha puesto sitio a nuestra casa ya en sombra.
Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan...Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos...
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Tiene una expectativa. Pero la expectativa actúa de maneras misteriosas...Y es totalmente inconsciente.
La experiencia humana sólo existe en el momento presente. El pasado existe como memoria, y para recordarlo tenemos que reexperimentarlo de alguna manera en el presente. El futuro existe como expectativa o fantasía, también creado en el presente. El anclaje nos permite aumentar nuestra libertad emocional escapando de la tiranía de experiencias pasadas negativas y creando un futuro más positivo.
Porque esa es tu fama. Ahí es donde tu fama vive en mi luminosidad. Mi constante luz flasheante. Es mi habilidad de saber que lo que hago es genial. Sé que lo es, sé que es genial, y es esa seguridad. Esa seguridad es infecciosa.
Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.
Cuando te perfeccionas, estás perfeccionando las vidas de quienes te rodean. Y cuando tienes el coraje de avanzar con confianza en la dirección de tus sueños, empiezas a beneficiarte del poder del universo.
Cuando confías profundamente, esta confianza transforma tu vida, no importa cuáles sean las circunstancias
La Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimentos estancos, buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables.
Ahora soy capaz de contemplar lo que ocurre en mi interior, llena de veneración ante el fenómeno pero, sin embargo, enteramente consciente de que no es más que una ilusión pasajera que podría resultar mortal.
Saltos y espirales tan puros sin duda recorren eternamente el mundo, y no me quedaré despojada de belleza: el don de tu pequeña vida, tu olor a pasto mojado cuando duermes, azucenas, azucenas que no pueden compararse con tu carne.
Un pueblo de pescadores bailando bajo la luna el olor a pescado fresco.