La civilización degrada a muchos para encumbrar a unos pocos.
Luchamos por ideales de felicidad para todos, no por encumbrar a nadie sobre nuestras espaldas
Las pequeñas doctrinas humanas, que sólo tienden a enorgullecer y a magnificar a unos pocos, no deberían ser sustituidas por el credo redentor mundial de Cristo.