Para que al oponente se someta a nuestra voluntad, debemos colocarlo en una tesitura más desventajosa que la que supone el sacrificio que le exigimos. Las desventajas de tal posición no tendrán que ser naturalmente transitorias, o al menos no tendrán que parecerlo, pues de lo contrario el oponente tendería a esperar momentos más favorables y se mostraría remiso a rendirse.
Yo no veo nada más contrario al arte que el concepto. Porque el concepto es una cosa cerrada. Y el arte es todo lo contrario. Arte conceptual es como un contrasentido.
La democracia constituye necesariamente un despotismo, por cuanto establece un poder ejecutivo contrario a la voluntad general. Siendo posible que todos decidan contra uno cuya opinión pueda diferir, la voluntad de todos no es por tanto la de todos, lo cual es contradictorio y opuesto a la libertad.
Soy partidario de alentar el progreso de la ciencia en todas sus ramas; y opuesto a poner el grito en el cielo contra el sagrado nombre de la filosofía; a atemorizar a la mente humana con historias de brujas para inducirla desconfiar de su propio juicio y a aceptar implícitamente el de otros.
Escribo a través del cedazo de mí mismo. Creo que hemos especulado mucho y vivido poco y eso ha dado como consecuencia una cultura intelectual divergente de la realidad.
El critico es un hombre que espera milagros.
El deseo de una posición autoritaria conduce al crítico a hablar como si fuera el abogado de principios establecidos que tienen una soberanía incuestionable.
La lengua maldiciente es indicio de mal corazón.
Del maldiciente al malhechor sólo media la ocasión
El desarme o la destrucción del adversario (sea cual fuere la expresión que escojamos) debe consistir siempre el objetivo de la acción militar.
La vida del adversario que se rinde es inatacable; ningún combatiente puede disponer libremente de ella. ¿Que no es la conducta de los insurrectos? Nada importa. La nuestra necesita serlo.
El consenso más importante de la sociedad moderna es la organización del tránsito. La manera como puede interrelacionarse una marea de desconocidos que comparten un mismo camino y viajan casi todos sin incidentes. Con un conductor disidente hay suficiente para crear anarquia.
Aclaremos de una vez que lo que se ha dado en llamar socialismo real no es el socialismo. El culto a la personalidad, la dictadura del partido único, la nomenklatura, la falta de respeto a los derechos humanos y la persecución del disidente no tienen absolutamente nada que ver con el pensamiento de Carlos Marx